miércoles, 29 de agosto de 2012

Lecturas veraniegas


Es muy raro.
Nuestros insignes políticos , economistas y demás fauna ibérica, no paran de hablar de la creación de un "banco malo" como si fuera la panacea para el alivio de la pésima situación económica que estamos viviendo.
Me perdonaréis pero ¿que coño quiere decir un banco malo y cómo resuelve eso nuestros problemas? y es que me lo he leído todo  y no he entendido casi nada...
 Es decir, he entendido que en ese supuesto banco malo, malísimo, se van a meter todos los negocios pésimos que ha hecho la banca estos últimos años, o sea, hipotecas imposibles de pagar, inversiones a negocios ruinosos de amiguetes, prestamos a partidos políticos, clubes de fútbol  y ayuntamientos y demás necesitados de colocar a todos sus familiares, etc.
¿Y?
Una vez metida toda la mierda en el banco malísimo, ¿qué?, ¿va a ocurrir un milagro? o simplemente se dejará a los especuladores que jueguen un rato...
Respondiendo nosotros del probable estropicio, claro...   
En fin, que no lo entiendo.
¿Alguien me lo explica, por favor? 
Es como si yo, cogiera todo lo negativo de mi vida, material o espiritual, mis deudas y mis errores, las meteduras de pata y la visa, siempre al límite, y lo disociara de algún modo  imposible y extraño de mi.
"Todo esto tan  negativo, ya no me pertenece, ahora soy tan buena e impoluta que ya no me voy a ocupar.
Aquí os queda, queridos,  para que lo gestionéis...."
¡Un momento! eso pasa cuando te mueres, no antes.
El muerto siempre es buenísimo y sus errores  como que se olvidan ( no tanto las deudas por cierto, que sus herederos a menudo tienen que acabar pagando).
En fin, que me parece a mi que éstos quieren pasar por muertos pero seguir vivitos y coleando y haciendo nuevos negocietes...
¿Y si simplemente se asumen como pérdidas esos negocios ruinosos que hicieron?
¿Quiebra la banca ?  entonces  es que  a lo peor, serían  bancos malísimos ya de antes...                                          

martes, 21 de agosto de 2012

Si me queréis, llamarme...Prepe.

Sigo con mi lectura matinal de periódico.
Hoy por fin, han reabierto mi kiosco habitual ya que, estas dos ultimas semanas, he tenido que hacer verdaderos safaris para ir a comprarlo, total para que luego te dieran dos o tres hojas de noticias horrorosas , poco interesantes,  o directamente prescindibles, y probablemente todo ello junto. ¡No me diréis que no se adelgaza todo él diario en agosto!
En fin, que ni una buena serpiente de verano, nada que echarse a los ojos... ¡un rollo de prensa! hasta me he leído otros periódicos para animarme e incluso, algún día, ni lo he comprado...
En fin que el verano es lo que tiene: nada trascendente que decir.
 Los chicos del País hoy han dejado a uno no habitual escribir un articulito muy entretenido aunque algo confuso sobre nombres propios y como no había nada más interesante, me lo he estudiado en profundidad.
Resumiendo: que si antes nos llamábamos Marcelino, Ursicio, Canuta y Prepedigna ( no conozco ningún caso, pero me encanta) , ahora los niños se llaman, Neizan, Suri, Nerea o Iker, nombres que reflejan los intereses variados que conforman cada época, sean éstos deportivos, sociales, etc. y que, increíblemente en muchos casos se limitan a copiar sólo la fonética como en el caso de Neizan, que seguramente viene de  Nathan o algo así y con el que, esos felices papás, no se han complicado la vida: "oiga, así como suena, usted  me lo escribe"
Creo que me encantaría ser funcionaria del registro civil por un tiempo, a pesar de los recortes , se lo deben de pasar bomba.
Pero increíblemente, los nombres que siguen siendo mayoritarios son, Antonio ( un clásico) en el primer puesto para los hombres y, tachan, tachan, para las mujeres, en el primer y tercer puesto respectivamente : María del Carmen y Carmen.
 O sea el mio.
No me siento orgullosa, la verdad y sospecho que cuando desaparezcamos todas las de mi edad va a quedar un agujero de Cármenes por lo menos para 50 años. Yo al menos, no conozco ni una más joven que yo misma.
Durante años me he sentido incómoda con un nombre que no me parecía propio, ya que era también el de mi madre y el de nuestra madrina común. Siempre he envidiado el nombre de mis hermanas, mucho mas sonoro, corto u original. Y siempre he querido llamarme de otro modo y ni por asomo se me ha ocurrido ponérselo a mis hijas y he intentado buscar para ellas nombres diferentes pero no estrafalarios, sonoros, pero musicales, en fin, lo que casi todo el mundo.
No sé si lo he conseguido, pero parecen estar contentas cada una con el suyo.
A mi lo que me hubiera gustado  es que me bautizaran como Leonor, Caterina o Carlota, Estrella, Marina o Candelaria, Frida, Ana o Violeta, en fin, cualquier otro nombre que no fuera el mio, algo mas novelero y fantasioso.
Carmen: puaj.
Maria del Carmen: doble puaj.
Y es que solo me reconcilio con él cuando alguien me llama Carmentxu o Karmele.
Y en realidad, -ahora me doy cuenta-, solo me lo han llamado gente a la que he querido y quiero mucho...

lunes, 13 de agosto de 2012

Todo es relativo

Tengo esto tan abandonado que más de uno debéis creer que me he ido de vacaciones. Nada más lejos de la realidad sino todo lo contrario...tengo tanto trabajo que no me queda tiempo para escribir y eso que me rondan hace días varios temas sobre los que quiero hacerlo.
Curiosamente en este momento álgido de crisis general, yo, como que tengo menos crisis...o puede ser que todo sea relativo y que como llevo tanto tiempo sola con mi propia crisis, al generalizarse parece que la mía es menos.
En fin, qué tontería, que hasta me da verguenza decir que yo parece que ando mejor...
También es verdad que ya he desarrollado tantas estrategias ante ella,- cosa que los otros ( los que están en crisis desde hace poco) aún no han llegado- que seguramente la llevo mejor.
Yo soy de naturaleza optimista y una vez leí algo que me encantó, -como nos encanta ridiculamente  todo lo que nos refuerza las dos ideas claras que tenemos-, y esto fué que alguien bastante sabio, no recuerdo quién, decía que los optimistas somos mucho mas realistas que los pesimistas.
Nosotros, los optimistas, por ejemplo ante algo que esperamos que pueda pasar, contemplamos las dos posibilidades, una, que pase , que evidentemente es lo que nos gustaría, o dos, que no pase. En cambio los pesimistas solo contemplan una, la de que no va a pasar.
Y queridos, lo realista es contemplar las dos, a pesar de que haya pocas posibilidades de que pase.
Ante la crisis que nos asola, deberíamos tener doble mirada, como los optimistas.
Es evidente que asusta, que hay mucha gente pasandolo muy mal, que es injusta, cruel y desesperanzadora, que antes o después a todos nos acabará afectando pero también lo es que nuestra manera de vivir, tan consumista y materialista, no es sostenible ni en el espacio ni en el tiempo y encima ahora no podemos decir que no sabemos como ésta afecta a otras personas de otros paises mas pobres, cuanto cuesta realmente por ejemplo, y no hablo de dinero evidentemente, esa blusita o esos pantalones tan monos y tan baratos que vamos a llevar una temporada como mucho y qué decir de un avión volando de aquí para allá con pasajeros que han pagado 30 euros por cabeza y así, todo o casi todo...
Por eso, yo que soy optimista, pienso que esto que nos pasa, es una oportunidad para repensar nuestra manera de vivir y no pienso dejar que decaiga mi ánimo por muchas malas noticias que se empeñen en explicarnos continuamente y desde todos los frentes...
Si lo peor que nos podía pasar ya nos está pasando: estos impresentables desmontando lo único que funcionaba bien en este pais.
¡Menos mirar la prima de riesgo y más vigilar que no nos privaticen el aire que respiramos...!